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La reducción de la jornada laboral ha sido una reivindicación tradicional de la clase trabajadora y constituye, en el momento actual, una demanda necesaria y justa, a la vista de la evolución que ha tenido en las últimas décadas, de los resultados económicos alcanzados y de la desigual distribución de los mismos. Además, representa una importante palanca para impulsar un nuevo modelo laboral y productivo, que genere más empleo y de mayor calidad, y que cobra especial relevancia en la coyuntura presente, tras el negativo impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19.
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